UN FRACASO EN TODA REGLA, CON 6 OSCARS

Kathryn Bigelow ha marcado una nueva muesca en la Historia de los Oscars, imponiendo el /a a una estatuilla, de la Mejor Director, que nunca antes se había entregado a una mujer. Tres compañeras lo intentaron antes con armas muy diferentes. Jane Campion y Sofia Coppola, las dos últimas, escudadas detrás de un cine intimista, minoritario, muy fino y seguro. Lina Wertmuller en 1976 sentó precedente, logro lo que ni Leni Riefenstahl en Europa o Ida Lupino en suelo americano pudieron alcanzar. Kathryn Bigelow reivindica con su triunfo la cámara femenina, haciendo añicos el estereotipo gafapasta, a años luz de los esfuerzos que Barbra Streisand hizo en los noventa por romper brecha, sin filtro de arrugas. "En Tierra Hostil", su último trabajo es coherente con una filmografía que ha llevado el cine de acción a niveles inauditos para John McClane.

Puestos a reconocer el talento, incuestionable de Kathryn Bigelow, yo le hubiera dado el Oscar por "Near Dark" una fascinante y atípica película de vampiros diurnos, pero ya sabemos la aversión de los Oscars a reconocer el cine de géneros. Si Kate Winslet tuvo que esperar a protagonizar una película sobre el Holocausto para conseguir un Oscar, Bigelow ha tenido que dramatizar su discurso y localizarlo en un escenario como el conflicto con Irak para que se le tome en serio. Bienvenido sea no obstante el reconocimiento, no a Bigelow cuya carrera no es ni extraordinaria ni modélica (Le Llaman Bodhi, Días Extraños o El Peso del Agua son títulos interesantes pero no redondos), si no a la edad adulta del cine de acción, aunque sea revestido de trascendencia.

Bigelow, que ha manejado presupuestos millonarios y otros mas modestos, nunca ha dado beneficios. Sus películas se cuentan por fracasos y aún así, ha sobrevivido en una tierra verdaderamente hostil, Hollywood, donde el fracaso te persigue como una enfermedad terminal, como si de un apestado se tratara. Kathryn Bigelow no solo ha conjurado ese diagnóstico, sino que ha conseguido el reconocimiento de la industria y colegas con la película menos taquillera de los 82 años de historia de los Oscars. Un (estimulante) fracaso en toda regla, recompensado con 6 Oscars.